Para tener un encuentro misterioso basta con ir a la biblioteca. Así le sucedió a Marcos un buen día en que con desgano tuvo que ir a aquella que estaba a cargo de su tía Gertrudis, la bibliotecaria de la Casa de Cultura del barrio. Él nunca pensó que un libro de detectives lo llevaría a conocer a Sherlock Holmes, quien le diría cómo investigar casos fabulosos. A partir de ello, Marcos y su primo no sólo resolvieron misterios rarísimos, sino también descubrieron lo divertido que puede ser leer un libro.
"el libro esta muy bueno"