La prolongada etapa recesiva iniciada en el año 2008, que ha castigado a la práctica totalidad de las economías desarrolladas, ha provocado en nuestro país una mayor destrucción del número de empresas que en otros países de nuestro entorno, a pesar de que la contracción en el crecimiento ha sido de menor magnitud, lo que ap unta a la existencia de unas condiciones particulares que limitan la competitividad y