Los debates electorales en México nacieron en la última década del siglo xx. En este libro se comienza a desentrañar una respuesta a dos preguntas: ¿han dialogado los candidatos en los debates presidenciales? Cuando menos, ¿se han dirigido a sus contrincantes? Un indicador de ello es el uso que han hecho de los pronombres tú, usted, yo, nosotros y hasta él y ella cuando éstos se usan en lugar de tú, o en estrategias como aquéllas del refrán "Te lo digo, Juan, para que me entiendas, Pedro".