Este libro es una invitación a la patria de la noche; ese viaje que a fuerza de repetición sistemática revela un mundo desoladoramente nuevo. Y son precisamente ellos, “los desolados”, quienes pueblan estas páginas. Hombres vencidos hasta la invisibilidad o la disolución pero también niños abandonados tras el eco de lejanos cumpleaños, mujeres maternales o fatalmente muertas y perros (muchos perros) cuya presencia siempre es benéfica. Y hay, finalmente en estos cuentos, dos encendedores que conserva uno de los personajes. No sólo por los colores de su equipo sino para que el niño que alguna vez fue, sepa buscarlo sin perderse en la oscuridad.