Obligada a un período de descanso, la comisaria Isabelle Bonnet, directora del grupo antiterrorista de París, regresa a Fragolin, un idílico pueblecito donde pasó su infancia en el que nunca pasa nada, hasta que aparece el cadáver de una mujer en una villa, cuyo propietario, un joven inglés, ha desaparecido. La historia no llama mucho la atención de Isabelle pero a los pocos días, su superior le encomienda la investigación y le confía como ayudante a Jacobert Apollinaire, un torpe agente de la policía local que nunca ha participado en una investigación.