El incendio llegará alimentado de odio y caricias mal aprendidas. Abrigará todo lo que te quede de invierno y asfixiará las flores que habían estado creciendo bajo tu esternón. Será rápido, minucioso, un asesino experto que mata a sangre fría y sin dejar pruebas, un desastre natural, un polvo a medio hacer, un jaque al rey. Te convertirás en el resultado de una fábula sin moraleja donde gobiernan las bestias y abandonarás el cadáver de una infancia descompuesta en estado de putrefacción. El fuego calcinará a la niña antes de que puedas siquiera despedirte de ella, pero te quedará la ansiedad, la bruja, el caníbal y unas fuerzas inconmensurablemente hambrientas de reinar en el bosque bajo la luna llena.Verme arder no fue un final, tampoco un comienzo. Fue una realidad, una tragedia amordazada, fue ahorcarme con mis propias sábanas, la catarsis y cura de un alma envenenada.