Zapo y Pato eran dos zapatos de caballero, de esos del número 50, que el señor Botas fabricó en su taller. Eran tan grandes que poca gente compraba zapatos de ese número. Así que Zapo y Pato decidieron probar fortuna y buscar un dueño por las calles de la ciudad. Menos mal que encontraron a Patasusias... ¡y calzaba un 50!