Algunas prácticas educativas vigentes parecen dejar afuera la subjetividad. También parecen dejar afuera las formas específicas con las que los niños y adolescentes de nuestro tiempo piensan y producen conocimientos, que -sobre todo las ligadas a las nuevas tecnologías- son muy diferentes a las predominantes en otros momentos históricos. Esto es un riesgo tanto para la eficacia de la función de la escuela (si se propone aprendizajes que enriquezcan la experiencia de los sujetos y el conjunto social), como para las expectativas individuales de cada uno de los niños y adolescentes. Las experiencias que se relatan y analizan en este libro nos muestran alternativas a ese escenario. Niños y adolescentes imaginando en la escuela, lo que les permite potenciar y habilitar el pensamiento creativo, crítico y autónomo. Adultos imaginando la escuela como un espacio en el que niños y jóvenes tienen una posición de autoría, de modo tal que la subjetividad se incorpora como metabolizador transversal del aprendizajegracias a un necesario trabajo reflexivo sobre nuestras significaciones y sobre el alcance de nuestras propias prácticas. Estas experiencias surgen de la articulación de conceptualizaciones provenientes de la clínica con niños y adolescentes, en la conformación de dispositivo que se enmarca en un particular diálogo entre el campo de la salud y el campo de la educación. Por eso en nuestras propuestas no hay formas correctas o incorrectas de producir sentidos, en tanto el trabajo está centrado no en la transmisión de contenidos sino en el investimiento de los procesos de producción simbólica. Usado-NUEVO