Reseña del libro "El Dilema de Cantor"
En El dilema de Cantor (primera novela de una tetralogía en que el autor inaugura el género de "ciencia en ficción) se centra en la relación profesor-discípulo, la confianza en los resultados de experimentos científicos y --rasgo que no siempre se admite con gusto-- la compulsión por la prioridad en los descubrimientos. En esta novela inventa al biólogo celular Isidore Cantor para recrear la fiera competencia que prevalece en las altas esferas de la comunidad científica por la obtención de reconocimientos, incluido el premio Nobel.
En El gambito de Bourbaki (su segunda novela de la tetralogía), Djerassi hace patentes otros tres aspectos: el ardiente deseo de los científicos por el reconocimiento de sus pares, la ciencia como cuerpo colegiado (la "comunidad científica") y el "envejecimiento" de la ciencia en Occidente (cinco de sus seis personajes principales sobrepasan los sesenta años).
En ambas novelas se destaca un rasgo muy reciente en la investigación científica: el reconocimiento de la sociedad de que las mujeres deben desempeñar un papel más preponderante en disciplinas que --excepciones aparte-- se han considerado del ámbito masculino.
La tercera novela es La semilla de Menachem; aquí Djerassi se adentra también en otro tema que se vuelve cada vez más fundamental en nuestro mundo globalizado: la política de altas esferas entre bastidores, y cómo el mundo científico y académico interviene --y debe intervenir-- en ella, especialmente en la zona más conflictiva y precaria: el Medio Oriente. Por supuesto, el factor humano está presente, como en todas las novelas de Djerassi, sin ningún convencionalismo: al desnudo.
A fin de cuentas científico, Djerassi escribe, como el mismo lo dice, ciencia en ficción, no ciencia-ficción. Así pues, en El gambito de Bourbaki nos presenta un descubrimiento científico real: la PCR --polymerase chain reaction: reacción en cadena de polimerasa--, que le valió a Kary B. Mullis el Premio Nobel de Química en 1993. Sólo que aquí son los personajes de Djerassi quienes realizan el descubrimiento. En La semilla de Menachem se presenta una técnica para el problema de la infertilidad
masculina: ICSI, técnica revolucionaria que consiste en la inyección de un solo espermatozoide en un óvulo.
El lector tiene en sus manos, pues, no únicamente una novela escrita con buen estilo y amenidad, sino que también puede apreciar los rasgos humanos de los investigadores: la comunidad científica vista desde dentro